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22 Años informAndo                                     LA PRENSA DE LA ZONA OESTE                                                     JUNIO
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          ¿Su historia nos es ajena? De ninguna manera, ellos  que no eran de mala calidad y que se ofrecían a un  venido José, junto a su padre y a su hermano. Si
          son lo que son, imbuidos en su propia historia. Lo vi-  precio sensiblemente inferior al promedio. Como era  bien tenía casa y comida, los pesitos eran flacos. No
          vido desde la infancia lo llevan grabado a fuego en su  de esperar se generaron todo tipo de inconvenien-  conforme con ese ingreso consigue un trabajo que
          memoria y en sus vidas. Ellos forman parte de todos  tes; fiados, baja de precios, relación difícil, pérdida de  consistía en arrancar  plantas de limones por lo cual
          nosotros y en ese formar parte no debemos excluir lo  clientes, etc. Aunque de todos modos eran las reglas  percibe cincuenta pesos mensuales; como su rendi-
          vivido en otras tierras.                        de juego del comercio, ¡yo odiaba al tal “San Cono”!  miento era muy alto logra llegar a ochenta pesos (un
             Nos relatan una niñez feliz en una familia que los   El origen de esa competencia estriba en que ese  platal para aquella época).
          formó en valores como respeto, trabajo, y constan-  vino, que repito: no era malo, no era producido por   Joven, resueltos la casa y la comida, y con buen
          cia. Ese aprendizaje, aplicado luego en un país que  quién lo vendía. El famoso vendedor era un produc-  sueldo decide levantar la vista y comenzar a ocupar-
          les abrió sin discriminación las puertas, les permitió  tor de uva, no era vinicultor, era viticultor. Entregaba  se de otros temas no menos importantes como ser
          formar una familia (no tan numerosa) y acceder a  su cosecha a una bodega y ésta se la pagaba con  buscar con quién compartir su vida en este promi-
          una vejez digna del esfuerzo realizado. Los tomamos  vino. Como era un gran trabajador, criado como he-  sorio país. Habitualmente los portugueses se reu-
          como ejemplo porque, al igual que muchos otros con  mos visto, obtenía muchos kilos por hectárea lo que  nían los domingos en casa de uno de ellos en Pajas
          similares experiencias,  han poblado nuestro país y  se traducía en litros de vino que él podía ofertar a  Blancas; allí entre bailes, comidas y bebidas conoce
          por eso los consideramos parte de nuestras vidas.  menor precio. Sumaba a esta ventaja el hecho de  a Lucilia De Moura con quién inicia una relación que
          Basta mirarnos en un espejo para encontrar en nues-  que la mayoría de los bares y almacenes estaban  se prolonga hasta nuestros días.
          tras familias, antes o después, similares relatos.  atendidos por inmigrantes recién llegados como él,   Ahorrando pesito sobre pesito, más lo que ga-
             ¿Por qué portugueses en Rincón del Cerro? Muy  que  si  bien  no  eran  portugueses  eran  vecinos  ga-  naba Lucilia, deciden animarse a comprar una frac-
          sencillo: como siempre sucede, viene uno, le va bien  llegos. Como Uds. ven, me enfrentaba a una difícil  ción de campo. Busca que te busca se enteran que
          y comienza a llamar a otros; así fue como don Manuel  competencia lo que generaba en mi persona  senti-  un señor en Punta Espinillo ya no podía atender su
          Simoes trajo a Uruguay más de cincuenta paisanos.  mientos  que prefiero no confesar.           plantación de espárragos y van a verlo. Aquello daba
             Domingo, a quien su padre con toda naturalidad   La anécdota es que cuando Domingo me va con-  pena, poco y flaco espárrago pero mucha gramilla,
          le preguntaba para dónde quería irse, llegó en 1963  tando su lucha para hacerse un lugarcito aquí en  faltaba riego y mano de obra. Él y Lucilia tenían las
          con diez y siete años, era uno de trece hermanos na-  Uruguay me comenta que vendía vino al cual le ha-  cuatro manos que acariciarían aquella tierra para sa-
          cido en el pueblito ya mencionado. Vino en el vapor  bía puesto el nombre de un santo : ¡¡San Cono!! Yo  car de ella el fruto que los haría sentirse orgullosos
          “Salta” comprando el  pasaje  con dinero que su tío  no podía creer lo que estaba escuchando ni lo que  y felices. El precio no era malo pero lo que juntaron
          le había adelantado. Como todos, una vez llegado  estaba viendo. La vida me había colocado delante  no alcanzaba. Como caído del cielo un jovencito hijo
          comenzó trabajando por casa y comida, y como to-  al individuo que generó la mayor cantidad de impre-  de granjeros de la zona les ofrece hacerles la gestión
          dos, poco a poco fue mejorando su jornal, pasa por  caciones de origen comercial que de mí pueden ha-  en el Banco para pedir un préstamo. Concluido el trá-
          varias medianerías hasta que junta lo suficiente para  ber nacido. Era un portugués que vino a “hacerse la  mite se trasladan al  predio en el cual hoy estamos
          comprarse una fracción en la cual disfruta hoy de una  América”. Todo bien, pero…, ¡no a costilla mía!  cómodamente instalados deshojando recuerdos. El
          apacible vejez.                                    Cuando le digo: ¿Pero entonces….? quedó cla-  nombre del iluminado jovencito es William Delpratto.
             Siempre buscamos alguna anécdota que ilustre  vado en la silla sorprendido por mi reacción porque  El primer pago de intereses fue acreditado a los seis
          el relato y que a su vez lo haga más ameno. En este  él desconocía mi pasado viñatero. Pero entonces…  meses con lo producido de la primera cosecha de
          caso no la busqué: ¡Me topé con ella! en una forma  ¿Eras vos?                                  espárragos y luego, año a año, se fue pagando el
          absolutamente inesperada y para mí muy remove-     Manolo Simoes, quien me lo presentó y me llevó  préstamo con lo que aquella tierra devolvía a quie-
          dora porque me llevó a mis épocas de vendedor.  hasta su granja, intercede explicándole la situación y  nes con su sudor la regaban. Así fue como estos dos
          Como Uds. saben nací y me crié en una granja que  el por qué de mi estupor, luego de lo cual terminamos  muchachos venidos desde donde les conté hicieron
          a su vez elaboraba y vendía vinos. Nunca dejé de  los tres abrazados en un solo festejo en honor a las  su nido, en él vivieron y  criaron a sus hijos, cada
          estudiar, pero en realidad era lo que era: un mu-  oportunidades que la vida nos dio de pasar estos mo-  uno de ellos con su granja, y hoy gozan de una ve-
          chacho granjero, productor y vendedor del precia-  mentos. No hicimos más que reconocer lo que cada  jez plena sin privaciones y con la dicha de no haber
          do zumo fermentado. El comercio tiene sus cosas,  uno hace en la natural lucha por la existencia.    vivido en vano, dando ejemplo que cuando se quiere
          más allá de la simpatía del vendedor,  se pelean   José.  Como  dijimos  vivía  en  un  pueblito  llama-  se puede.
          la calidad del producto, la presentación, la oferta  do Couto. Su papá se vino en 1930 y su mamá en   Lucilia, a los diez y ocho años se vino con otras
          continuada, etc., pero hay algo que influye en for-  1948. Él en 1953. Su padre estaba instalado como  dos hermanas y dos primos, todos llamados por su
          ma determinante y es el precio. En la década de los  medianero de un Sr. de apellido Pastorino en la gran-  tío Manuel Simoes. Consiguió empleo como domés-
          años sesenta la situación comercial era complica-  ja ubicada en la esquina de Cno. Tomkinson y Cno.  tica ganando cincuenta pesos por mes. Trabajó con
          da, muchos conflictos, abundancia de oferta, mucha  Manuel Flores. Lugar emblemático que lo fue, cu-  la misma familia durante cinco años siempre por el
          competencia, pero estábamos todos más o menos  bierto de viñedos, salpicado de muy altas antenas de  mismo  sueldo,  hasta  que  se  fue  a  trabajar  con  su
          en la misma: “peleándola”.                      radio de la empresa “PressWireless” donde funcionó  flamante esposo. Se la jugó y ganó. ¡Felicitaciones
             Sucedió  que  un buen día tomo conciencia  que  durante años el  primer y  único teletipo en  nuestra  Lucilia! Tuviste la habilidad de cautivar a José con
          mis clientes estaban comprando menos, y  a veces  zona. Pegado a este predio estaba la bodega de otro  tus juveniles encantos, y demostraste la formación
          nada, lo que generó mi natural preocupación. Al final  portugués, don Domingo Guerra, quien nos prestaba  recibida en tu tierra natal al haber sido madre y es-
          me doy cuenta que la causa era la irrupción en el  sus lagares para depositar vino cuando la capacidad  posa cuidadora de tu familia, enseñando aquí lo que
          mercado de una nueva marca de vinos “San Cono”,  de la nuestra no era suficiente. Allí trabajó el recién  allá aprendiste.
                                                                                                             Estimados,  creo  que  podemos  hoy  ir  dejando
                                                                                                          por aquí. Les traje un Rescate de la Memoria de
           El más amplio                                                                                  gente que vive entre nosotros, pero que tiene y

           stock en                                                                                       comparte muy fuertes vivencias de lo que fueron
                                                                                                          sus primeros años de vida en otro continente. Tanto
           accesorios                                                                                     es así que las tomamos como si fueran nuestras,
                                                                                                          porque ellos  se ganaron el derecho  a vivir y a com-
           y repuestos                                                                                    partir con nosotros.

                                                                                                                                        Rómulo Guerrini
            Tel.: 2312 97 05


                                    Lunes a viernes                                                        Maxi Pincel             Almacén
                                      de 8.00 a 20.00                                                              de Raúl Franco
                                  Sábados de 8.00 a                                                          Pintor de Letras       FACEST
                               18.00 y Domingos de
                                       9.00 12.00 hs.                                                        Carteles              Siempre con los mejores precios

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                                                                                                                                     y 17.00 a 21.30 hs.
                                      MAS CERCA”                                                                                    Domingos de 8.00 a
                                    En la Estación                                                             Logos               13.30 y 17.30 a 21.00 hs
                                                                                                                                    Miércoles cerramos
                                    de Tomkinson                                                                                         de tarde
                                             y Cibils                                                      Islas Canarias 5740     Luis B. Berres Nº 8960
                                                                                                             Tel.: 2304 75 59
                                                                                                                                      Tel.: 2314 20 96




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