
Al recorrer las ciudades de la Edad Media, con sus diseños compactos, murallas y fortificaciones… calles estrechas… la Iglesia, el gran mercado o plaza, lugar donde se desarrollaba no solamente la actividad comercial, sino también cultural; allí siempre presentes estaban los JUGLARES.
Los juglares eran artistas ambulantes que actuaban entreteniendo al público con diversas formas de arte como música, poesía, acrobacias y narración de historias. No eran compositores, sino intérpretes de obras creadas por otros, especialmente trovadores.
Podemos decir que los juglares eran una especie de bibliotecas móviles… podían cantar, tocar instrumentos, recitar poemas, realizar acrobacias, contar chistes y realizar otras formas de entretenimiento. Desempeñaron un papel crucial en la difusión de la cultura, especialmente en una época donde la mayoría de la población era analfabeta. Ente los Juglares encontramos cómicos, músicos, místicos, vendedores, charlatanes y cuentistas… Eran artistas versátiles fundamentales en la vida medieval, llevando la cultura y el entretenimiento a todos los rincones de la sociedad cantando, tocando instrumentos, contando historias haciendo acrobacias, malabarismo, domando fieras salvajes etc. Así se gababa la vida el juglar actuando ante un público.
Gracias a ellos, llegaba a las ciudades el entretenimiento, la información y el pequeño comercio, la difusión de la cultura a través de la tradición oral, especialmente la épica y la poesía, así como el entretenimiento popular y la creación del “mester de juglaría”, manifestación literaria medieval que se refiere al conjunto de obras poéticas, principalmente épicas, compuestas y difundidas por los juglares. Gracias a estos Juglares llegaba a las ciudades la información y noticias del momento.
