


Como es tradicional, el primer domingo de junio se llevó a cabo la Asamblea Anual y las elecciones de la Comisión Directiva de la Sociedad de Fomento y Defensa Agraria, con una destacada concurrencia de socios, autoridades e instituciones amigas. En esta ocasión, la institución ratificó a Martín Bellenda como presidente, quien continuará al frente de la entidad.
La Asamblea contó con la presencia de la vicepresidenta de la República, Carolina Cose; el subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Matías Carámbula; el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez; el intendente de Montevideo, Mauricio Zunino, y el intendente electo, Mario Vergara entre otras autoridades nacionales y departamentales. Durante la jornada, los productores presentaron el balance del ejercicio anterior, informaron sobre la situación financiera de la institución y expusieron las dificultades y desafíos que enfrenta este sector clave para la soberanía alimentaria del país.
En su intervención, el presidente Martín Bellenda expuso con claridad la problemática actual del sector, y agradeció tanto el respaldo de la directiva como la confianza depositada por los socios. “Fue un honor y un gusto presidir esta institución durante los últimos dos años”, expresó, y manifestó su satisfacción por haber sido reelegido para continuar en el cargo.
Extracto del discurso del presidente Bellenda
“Nos dicen que lo productores siempre nos estamos quejando, sabemos que se puede estar peor, estamos trabajando para evitarlo. ¿Pero tendremos motivos?
- Somos cada vez menos, casi sin recambio generacional ni oferta de mano de obra calificada, ésto no pasaría si obtuviéramos buenos resultados.
- Tenemos los costos más altos de la región en combustibles, energía, mano de obra, maquinaria y tecnología, semillas, remedios y servicios.
- La casi totalidad de las agroindustrias del sector han desaparecido por no tener competitividad, por lo que el productor no tiene destino para calibres menores y excedentes.
- La granja nunca tuvo un perfil exportador con grandes volúmenes, pero tuvo muchos y buenos mercados puntuales. Pero hace tiempo que nuestros costos sobrepasaron el precio mundial y eventualmente se exporta algún excedente a pérdida. Si es libre mercado que sea en igualdad de condiciones, frenando productos subsidiados en origen o subsidiando y con costos similares. Entendemos todos los tratados que se firmaron, la granja así no funciona.
- Tenemos un mercado interno sin escala, deprimido, siempre cayendo el consumo per cápita pese a siempre estar entre los mejores del mundo. Invadido por el contrabando sobre todo en el norte y litorales, pero con presencia en todo el país siempre que hay algún excedente a buen precio en la región. Golpeando duro a los productores de esos rubros.
- Producimos expuestos a fenómenos climáticos, manipulación de remedios ya sean orgánicos o químicos y siendo una actividad que demanda constante esfuerzo físico. Pero no sólo, no es considerada insalubre, sino que un productor se jubila con $20.000 en la mano. Y si no tiene quien continúe la producción como está pasando en la mayoría de los casos, como único ingreso. Y encima enfrentando costos del predio si es propio y queda abandonado, dado que para vender o arrendar, no existen casi interesados. ¿Por qué será?
- Fenómenos climáticos cada vez más intensos y prolongados destruyen cultivos, instalaciones y equipos constantemente en diferentes puntos del país. Los actuales seguros cubren solo algunos, y solo el costo del porcentaje dañado del cultivo, aunque el resto no sea rentable cosecharlo, y nunca el lucro cesante. ¿Cómo sigue ese productor? Con ahorros si tiene, o endeudándose, o se va.
futas y verduras importadas que compiten o sustituyen producción local, o sea que también afecta al productor por ser tomador de precios. Pero también lo perdimos casi en su totalidad, se sigue recaudando y pesando en:
- Tuvimos un “Fondo de Reconstrucción y Fomento de la Granja” disponible para estas desgracias. Generado con el IVA en góndola que lo pone casi en su totalidad el productor por ser tomador de precios; y el IVA a las lo que el productor percibe, algunos beneficios del sector salen de ahí, pero la mayoría queda en rentas generales.
- Cotorras, palomas, hormigas, mosca de la fruta entre otras, con daños hasta totales en algunos cultivos y siendo 20 o 30% de daño, algo ya normal. Algunos controles tradicionales fueron prohibidos por su riesgo, por lo que se multiplican sin control. No podemos seguir pasivos como con el Picudo Rojo, están a la vista las consecuencias. Como en las personas las enfermedades de plantas y animales hay que controlarlas.
- Hubo una “adecuación” en los valores de la Contribución Inmobiliaria Rural el pasado año, con aumentos en la mitad de los padrones aproximadamente. Con porcentajes que no entendemos, ni vemos se puedan efectivizar produciendo. Pedimos se revea y sugerimos cobrar según uso del suelo habilitando proyectos viables en zonas rurales.
- Robos de maquinaria, equipos e instalaciones y constantemente en cultivos que por ser a cielo abierto se hace muy difícil y riesgoso controlar. Sugerimos agravar las penas por el robo de frutas, verduras y animales de granja, como se hizo con el abigeato.
- La intensa y prolongada sequía reciente evidenció las carencias que tenemos en riego, el elevado costo de extracción y distribución para quienes tienen acceso al agua y lo difícil de elaborar proyectos multi prediales para los que no tienen acceso al agua. Sin duda ha sido el principal motivo de lamentos, deserción de productores y encarecimiento de los precios a consumidores en los últimos años. Entendemos urgente atender esta situación. Sin agua no hay vida. Aunque sin costos razonables y acceso a los mercados igual seguirá la sangría de productores, porque no conseguirán rentabilidad.
- Muchos apelan a encontrar esta rentabilidad en la mecanización y consecuente escala que justifica la mecanización. Pero estos rubros en su mayoría no son 100% mecanizables, siempre hay un cuello de botella hecho a mano. En un momento puntual y zafral con las enormes dificultades y costos que conlleva obtener esa mano de obra calificada. Que no debería ser así en un país que tiene casi dos dígitos de desocupación. Y no nos referimos a que se haga más barato ese trabajo, sino a que no conseguimos que se haga en tiempo y forma independiente mente de cuánto se pague.
- Muchos permanecen por los créditos y deudas contraídas y la dependencia generada sobre la mano de obra, otros logrando empatar y cobrando al menos la mano de obra propia que ponen cada día, otros tantos descapitalizándose y viendo envejecer y destrozarse su unidad productiva. Y siempre alguno encuentra un nicho y una salida rentable, pero solo de la producción y cumpliendo con todas las leyes no vemos salidas rentables.
- Mucho más de la mitad de los camiones del sector son de avanzada edad y aunque logren mantenerlos en condiciones, no logran pasar los costosos controles técnicos que son anuales por su edad y están pensados para las nuevas tecnologías. Imaginen las consecuencias.
- Y constantemente tramites, registros, regularizaciones, inscripciones, formularios, certificados, habilitaciones, muchas veces costosas pero que a su vez nos restan jornadas de trabajo.
Y podría seguir enumerando motivos, pero los conocen y hasta está definido el camino a seguir en la mayoría de los casos. Que no siempre es el ideal, pero por lo menos es el mejor que tenemos al alcance.
Creemos urgente y vital que las autoridades se enfoquen en poner a disposición las leyes y herramientas para que el productor pueda seguir con su producción, pero con rentabilidad. Es más barato para el estado mantenernos produciendo que desocupados formando parte de los planes asistenciales, y solo a través de la soberanía alimentaria los consumidores tendrán seguridad alimentaria a corto, mediano y largo plazo con precios justos.
Con un deprimido mercado interno, saturado por el contrabando y productos subsidiados en origen, sin agroindustrias prácticamente ni posibilidades de exportar, vemos en las compras públicas y directas un posible destino para nuestra producción. La institución viene realizando los trámites para tener acceso a las licitaciones y buscando la manera más eficiente y segura para todas las partes. Es difícil comprometerse con productos perecederos, y a varios meses dependiendo del clima, los plazos y trámites nos asustan literalmente, y los daños causados por la sequía nos tenían sin oferta suficiente. Pero con seriedad y compromiso de todas las partes, es un destino interesante que vemos para nuestra producción.
Por último, siempre apoyamos e intentamos consolidar el proyecto U.A.M., valoramos la dedicación y compromiso de nuestro directivo Sr. José Janavel integrando el directorio social. Así como la designación por parte de las nuevas autoridades del M.G.A.P. del Sr. Fernando López en la secretaría general. Sin dudas un productor que conoce el sector, que forma parte del proyecto desde sus orígenes, y que, con su experiencia creemos puede ayudar a sortear los desafíos que se tienen pendientes. Entendemos que lo principal, inicialmente es que el directorio y la mesa ejecutiva logren funcionar armoniosamente y ejecutar lo allí dispuesto, enfocados en su viabilidad y solvencia. Inaugurado en pandemia y posteriormente con su actividad acotada por los efectos de la sequía, esperamos encuentre un mejor escenario ahora que comienza a hacer frente a los créditos con que se construyó, por el bien de todo el sector.”