Una vez finalizada la interesantísima y atrapante charla de Antonio Vizintín, el sobreviviente de la Tragedia de los Andes, conversó con LA PRENSA DE LA ZONA OESTE.
Con la humildad de los grandes Vizintín, nos cuenta de resiliencia, organización, convivencia y la importancia de la familia en los momentos difíciles.
Usted y los sobrevivientes inspiran y son ejemplo de resiliencia. ¿Cómo se logra esa fuerza interior?
Creo que resiliencia es como una resistencia, como una fortaleza que nos permite afrontar situaciones difíciles. Nosotros tuvimos la posibilidad de pasar por una experiencia muy dura y salir adelante y eso creo, es lo que tratamos de transmitir, que todos tenemos esa capacidad y que todos podemos superar esos momentos difíciles de resistencia.
Hoy se abordó el tema de la pandemia y cómo impactó en los adultos mayores. Se hizo un paralelismo con lo que ustedes vivieron en la cordillera…
Yo siempre hablo de lo que nos pasó en la montaña… la vida tiene un paralelismo muy grande, es decir, la gente en la pandemia sufrió el estar encerrado; estar solo, la incertidumbre, el miedo. Sufrió la pérdida de seres queridos; sin duda hay un paralelismo muy grande con nosotros. Esto es muy parecido o igual a lo que nosotros sentimos y a pesar de tener 19 años, te diste cuenta que estabas equivocado, que la vida era otra cosa… valorizarse mucho más a tu papá, a tu mamá, a tus seres queridos, en los momentos difíciles siempre volvés a la familia. Quieras o no vuelves a tus hermanos, tus abuelos, tíos, es decir, a ese núcleo que es fundamental en la vida. Cuando uno tiene 19 se cree que es dueño
del mundo que es capaz de una cantidad de cosas y no te das cuenta que, además de eso, sentís y tener que manifestar sus sentimientos y que esa familia es fundamental en tu vida para seguir adelante.
¿Cómo fue volver a la vida y sociabilizar?
Por suerte en Uruguay no somos muy cholulos. Esto fue en octubre. En mi caso, en marzo estaba comenzando Facultad de vuelta. Y cada uno más o menos siguió su vida. A veces en un restaurante, un bar alguien se da vuelta y se dan cuenta que sos sobreviviente y está hablando de vos; pero como no vivís de la fama, lo tomás como algo normal, como parte de tu vida, porque en realidad no puedes desbloquear el accidente y dejarlo aparte ya que es parte importante de tu vida.
¿Pero sí hubo un antes y después?
Sí, puedes decir que a partir de ese momento nací de vuelta, a partir de ese momento valoré cosas de otra forma que crecía rápidamente, pero creo que eso es lo que nos permitió seguir desarrollándonos y viviendo muy tranquilos. Capaz que, si hubiera sido en otro país, hubiera sido distinto
¿Y cómo fue y es, compartir esta vivencia con la familia, sobre todo con los hijos?
Bueno, los hijos y los nietos, eso es otra historia. Con 5 o 6 años tener que contarles a tus hijos que es lo que hiciste, cómo fue, no fue fácil. Yo me acuerdo que a Lucía, le dije, vení que quiero hablar contigo antes que empiece el cole…
¿Era muy pequeña?
Sí, tenía 5 o 6 años, se sentó en un banquito de esos chiquitos que todos tenemos en casa y le digo, mira, papá no sé qué, no sé cuánto y me miró y dijo, no me digas nada, sé toda la historia… Viste, lo van conociendo casi solos… cuando se enteran que su papá es un sobreviviente empiezan a indagar y averiguan, conocen la historia cuando uno piensa que no saben nada, realmente saben mucho más de lo que uno piensa. Lo mismo pasa con mis nietos...
¿Qué le deja este tipo de charlas?
Las charlas en realidad las hago porque pienso que a las personas les puede servir. A veces hay mucha gente, a veces hay poca, no importa, con que a uno le sirva lo que vos le estás diciendo, lo que le estás transmitiendo, ya es suficiente.
El que no te vean como que sos distinto, que te vean qué sos tan humano como el que te está escuchando y que tienes los mismos problemas, que llevas las mismas mochilas.
La historia que vivió en la montaña está basada justamente en sacrificio y en disciplina…
Sí son dos cosas muy importantes la disciplina y el sacrificio, a veces es necesario exigirnos para saber que sí podemos, que sos mucho más fuerte y capaz de lo que pensás, que tenemos más fuerza de la que creemos enfrentando la adversidad.