


Con gran alegría disfrutaron los vecinos del barrio cooperativo 3 de Abril este nuevo aniversario. Pero sin dudas a quienes más embargó la alegría fue a los fundadores, eso qué, entre recuerdos y lindas anécdotas no ocultaron la emoción que provoca celebrar 53 años de aquel día, en que el sueño de la casa propia se hizo realidad a través del cooperativismo y la solidaridad.
El fundador Walter Coithiño, contó a LA PRENSA DE LA ZONA OESTE, que siendo trabajador de COUSA y con poco menos de 30 años se embarca en este, “hermoso proyecto de formar una cooperativa de vivienda con sus compañeros del sindicato de la química”.
Tuvo que dejar de hacer horas extras para dedicarse a la cooperativa, pero el trabajo solidario, cooperativo y de mucho sacrificio, dio sus frutos, y un 3 de abril de 1972 la vivienda propia dejó de ser un sueño, para concretarse en realidad.
Hoy a sus 84 años Walter, continúa trabajando socialmente en bien de los vecinos de su querido barrio.
Consultado sobre la emoción que provoca este nuevo aniversario, respondió; “Es un gran acontecimiento y es de los últimos que se gestaron, porque cooperativas grandes como la nuestra, no hay más, ya no se organizan así”.
El barrio se compone de seis cooperativas que, “nos juntamos para hacer el complejo. Hay 301 viviendas, 29 comercios, 19 ibirapitá”, nos cuenta orgulloso Coithiño.
Ha sido parte de la Comisión de Fomento en otro tiempo, “cuando era más joven, más dispuesto” enfatiza. “Pero me sigo moviendo, haciendo gimnasia, caminatas, no me puedo quedar quieto. Cuando aquel 13 de marzo vino la pandemia, me quedé tomando mate una semana mirando televisión, pero un día dije, ésto no es lo mío y me fui para la chacra que tiene mi hijo en Manuel Flores y plantaba ahí, ahora él no está más ahí, pero yo cuando me quiero mover sigo yendo a la chacra”.
Desde siempre es integrante de Adultos Mayores Tres de Abril, actualmente es el presidente del grupo. Sus compañeros lo eligieron, aunque él les manifestó, “miren que yo me olvido de todo”, nos cuenta entre risas.
Respecto a qué mensaje le darías a la gente del barrio, enfatizó, “les diría que este barrio vive si estamos organizados, si no, se desmiembra todo. No es sencillo administrar semejante complejo. Nosotros vivimos un gran aprendizaje cuando comenzamos en el sistema cooperativo, no fue fácil entendernos al comienzo, pero lo logramos porque siempre primó el bien común, al individual. Pero hoy yo veo que la gente está más personalista. Es difícil poder hacer cosas en colectivo”.
Agregó que de todos modos hay que intentarlo pues es una experiencia maravillosa que da muy buenos frutos.
Al consultarle si quería agregar algo, visiblemente emocionado Walter exclamó, “qué estoy feliz de estar acá”.